sábado, 23 de mayo de 2009

Turany-Martin

Esta mañana, al desmontar la tienda, uno de los mástiles flexibles de fibra se ha partido por los bruscos cambios de temperatura (ya nos había pasado otras veces, por eso siempre llevamos repuestos). Tenemos que sustituirlo, cosa que nos ha llevado su tiempo, extraer la goma elástica que los une, volverla a introducir, cortar con un cuchillo de sierra el repuesto para adaptarlo a la longitud requerida... un lío. Salimos ya un poco tarde, tenemos por delante unos 400 km para entrar en Eslovaquia y llegar hasta Turany, una pequeña población cerca de la ciudad de Martin, que estuvo a punto de ser la capital del país en vez de Bratislava.


En ruta surgen nuevos contratiempos, el navegador nos lleva en una dirección que no parece la correcta, tras un período de desconcierto, descubrimos que es imposible que lleguemos por ese camino, quizá ha identificado una población con igual topónimo en otro lugar, tenemos que volver a programar el itinerario y deshacer un montón de kilómetros. El cargador del móvil para el coche que habíamos comprado al salir, no funciona, tenemos que parar en un gran centro comercial para hacernos con otro, da gusto ver la cara de felicidad de las familias cuando salen con sus carritos repletos de mercancía o con una tele, se ve que llevaban mucho tiempo sin poder hacer cosas que para nosotros son totalmente habituales. Más adelante paramos en un Lidl para reponer provisiones, mientras espero en el coche, con la ventanilla abierta, se me acerca alguien que acaba de parar también en el aparcamiento y me pregunta algo, intuyo que se refiere a por donde se va a algún sitio, porque he escuchado nombrar una población, le contesto en inglés que no tengo ni idea, resulta que cuando vuelve mi compañera de viaje con la compra, ella le contesta lo mismo, por inercia, en español y resulta que es un checo que está trabajando en Valencia, que habla nuestro idioma (¡Ah, entonces a quien he preguntado antes era un coche con matrícula española que acabo de ver ahí!), está aquí de vacaciones visitando a la familia. Reemprendemos la ruta, las carreteras están en muy mal estado por obras, cuando entramos en Eslovaquia son casi las 20,30 horas, lo que significa que ya es de noche. Paramos en una población cercana a la frontera para cambiar dinero y hacernos con la "viñeta".


Hemos elegido permanecer en un cámping de montaña, una vez se deja atrás Turany, internándose en el bosque a la altura de un centro comercial, se llama Trusalová y, aunque los bungalows son un poco caros para lo que ofrecen, es demasiado tarde ya y decidimos quedarnos en uno. Por la mañana, desayunamos en el porche y descubrimos que tenemos compañía, unas golondrinas o vencejos (son tan rápidos que casi no les vemos entrar y salir) tienen su nido con pajarillos justo encima de nuestras cabezas.

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