miércoles, 5 de mayo de 2010

Güzelyurt y el valle de Ihlara


Amanece temprano en Ürgüp, a las cinco y media ya se escucha el altavoz de una mezquita cercana llamando a la primera oración del día. El bufet del desayuno no desmerece respecto a lo que habíamos visto en la cena, el único inconveniente es que no resulta aconsejable abandonar la mesa para coger algo habiendo dejado algo en ella, el eficiente servicio de camareros lo habrá retirado cuando uno vuelva, por eso, tras la experiencia, hemos decidido quedar seimpre uno de los dos de guardia en tanto el otro se aprovisiona. Solo en panes y bollería, dulce o salada, será imposible probar toda la variedad, luego están la mermelada de cereza o higos, las mieles, pasta de sésamo...
El autobús nos espera a la puerta para iniciar nuestra excursión, con primera parada matutina en la localidad de Güzelyurt, cuyo centro se encuentra a esa hora temprana ya muy animado, con el movimiento propio del mercado diario, atravesamos la población y descendemos por una empinada cuesta, bordeando una ladera cortada donde asoman de nuevo esas características antiguas viviendas empotradas, o directamente excavadas, en la roca volcánica.
El principal atractivo turístico del lugar lo constituye una pequeña mezquita visitable, que no es sino la transformación de una anterior iglesia griega (los griegos vivieron aquí durante siglos, en este país frontera de culturas y civilizaciones, sujeto siempre al vivén de quien dominaba el mundo de las ideas en cada momento).

Entramos cuando todavía está el otro grupo de españoles con su guía de nuestro mismo tour en el interior, tengo la impresión, escuchando el final de su explicación, de que hemos tenido suerte con nuestra guía turística, es una mujer y de carácter muy abierto. El muchacho este, sin embargo, me parece un poco devoto, he tenido que reirme con la explicación que da para justificar la separación de hombres y mujeres en el culto (se debe al movimiento que se ejecuta para orar, ese de agacharse con el culo cerca de la cabeza de quien está detrás, parece ser que resultaría obsceno y provocativo para los hombres, y trata de arreglarlo diciendo que espera también lo sea para las mujeres, todo eso siempre debajo de una chilaba y velo, o sea simplemente adivinando la figura, no me imagino lo que puede provocar en este ambiente de recato una revista porno).
Por el contrario, cuando nuestra guía le pide al muchacho un rosario para explicar su uso, éste le dice que solo tiene uno de esos reducidos que aquí usan los hombre para liberarse del estrés, a lo que ella responde: "claro, ya sabéis que en Turquía las mujeres trabajan y los hombres tienen estrés".
Lo curioso de la mezquita está en como una iglesia cristiana puede ser reutilizada para funcionar como templo musulmán, al fin y al cabo, basta orientarse hacia la Meca en vez de Jerusalen, sustituir bancos por alfombras, tapar los frescos de santos con pintura blanca y caligrafiar los cuatro nombres sagrados del Islam, se pone a la entrada una fuente y un minarete... Y ahí está, un claro ejemplo del reciclaje espiritual, esa filosofía de la reutilización que ahora nos parece tan moderna.
Echamos en falta que no nos dé tiempo para subir al centro de la población andando, pero aprovechamos a tope el que nos dejan libre para recorrer la parte antigua que rodea la mezquita, otra pequeña colina con construcciones de épocas muy diferentes y de estilos muy variados, que incluye una iglesia excavada en la roca, desde la cima, estupenda vista con Güzelyurt al frente y el valle al otro lado.
















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