En 1895, un mecánico interesado por el diseño y un vendedor de libros amante del ciclismo (Václav Laurin y Václav Klement) formaron una sociedad para fabricar bicicletas en Mladá Boleslav. La afortunada combinación de una personalidad dirigida hacia las ideas y lo creativo con otra experimentada en las ventas y el mundo de la comercialización de productos no muy fáciles de colocar en el mercado, resultó tan fructífera que pronto pasaron de las bicicletas a las motos, simplemente añadiendo un pequeño motor y una polea que ejercía la función de la cadena para transmitir el giro a la rueda motriz. Este fue el inicio de lo que había de ser la marca Skoda, que estableció su sede en Plzen a partir de 1925, cuando empezó a producir los primeros automóviles, así como también camiones, autobuses, maquinaria agrícola y motores de avión.
El Museo Skoda de automóviles se encuentra ahora, como ya dije, en Mladá Boleslav, allí donde Laurin y Klement iniciaron su producción y adonde ha vuelto la fábrica, que por su extensión, es ya casi como media ciudad. Ocupa unas antiguas naves, que permanecen, de la zona donde se inició el desarrollo de la factoría. Es una exposición modesta, que va creciendo y modernizándose a buen ritmo, pero que hace un recorrido exhaustivo a lo largo de la historia de la marca, una de las más veteranas de Europa, con un gran número de vehículos anteriores a la Segunda Guerra Mundial, como su primer éxito de ventas, el Skoda 420 Popular, con sus diversas variantes, y todos esos modelos robustos y espartanos que caracterizaron el paisaje urbano y de las carreteras del país después de la guerra, en los años 50 y 60.
Se incluyen, además, muchas curiosidades, como las incursiones de la marca en el mundo de los rallyes y el automovilismo deportivo, o unas secuencias de imágenes que muestran la evolución del trabajo en la fábrica y su relación con la ciudad. Entre esas imágenes, un retrato con luces y sombras del período comunista, destacaré, por ser positivo, la gran cantidad de mano de obra femenina que participaba en las cadenas de montaje, un trabajo que asociaríamos más a los hombres, y algo que todavía no es frecuente en el resto de grandes marcas que conocemos, también descubriréis que, ya en esa década de los 50, muchas mujeres conducían un Skoda y eso, con el tiempo, también ha marcado diferencias respecto a nuestro país, por ejemplo.
Como hemos empezado bastante temprano la visita (una llamada de atención acerca del horario del Museo, que abre desde las 9 a.m. hasta las 5 p.m., y lo digo porque algunos a las 4,30 p.m. ya estarán cerrados, incluso en verano, y es que estamos en Centroeuropa, donde a las seis de la tarde la vida se detiene y se da carpetazo al día, aunque todavía queden horas de luz), iniciamos una excursión por carreteras secundarias, descubriendo todo un manojo de paisajes y localidades de interés.
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